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La rinoplastia es una de las intervenciones de cirugía estética más frecuentemente realizada en el mundo. Debido al gran impacto que tiene la nariz en la belleza y expresión facial, un buen resultado tras la intervención tiene un efecto positivo tanto en la salud del paciente como en su estética.
A la hora de planificar la cirugía nasal, debemos tener en cuenta que la estética va de la mano de la función. Es decir, un buen resultado estético que conlleve un empeoramiento de la función respiratoria se considera un mal resultado global. Por ello es esencial ponerse en manos de un especialista que sepa tratar ambos aspectos.
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En la consulta preoperatoria haremos una valoración estética, tomando fotografías y haciendo simulaciones digitales con el objetivo de buscar el resultado que mejor se adapte a la características faciales del paciente.
Al mismo tiempo, exploraremos el interior de la nariz, para poder detectar desviaciones del tabique nasal o aumentos de tamaño de los cornetes nasales, para poder corregirlos durante la intervención y mantener o mejorar la respiración nasal del paciente.
La técnica de rinoplastia convencional usa el martillo, cincel y lima para remodelar los huesos nasales, obteniéndose resultados muy satisfactorios. Sin embargo, la ciencia avanza de manera imparable y la cirugía estética nasal se ha beneficiado de muchos de estos adelantos. Uno de los más importantes en los últimos años ha sido la aparición de la rinoplastia ultrasónica.
Es una técnica avanzada para el tratamiento de la parte ósea de la intervención, que se realiza con un instrumento llamado bisturí ultrasónico. Este instrumento permite el trabajo sobre los huesos nasales de forma controlada bajo visión directa, permitiendo una actuación más fina sobre los tejidos.
Al trabajar de manera más precisa, evita lesiones en estructuras cercanas, produce menos inflamación postquirúrgica y disminuye el riesgo de aparición de hematomas bajo los ojos.
El taponamiento nasal que se coloca al final de la cirugía suele retirarse a las 24h, si no hay contraindicación. La férula de protección y los puntos se retiran a la semana aproximadamente. Recomendamos mantener la herida limpia y hacer lavados nasales con agua salina, para evitar las costras. Suele ser una operación bien tolerada y los pacientes no se quejan de dolor, salvo las molestias normales tras una cirugía.
Pueden aparecer episodios de sangrado de pequeña cuantía, normalmente en relación con los lavados nasales, al sonarse la nariz. En caso de una hemorragia nasal importante, se deberá acudir a la urgencia del centro sanitario más cercano.
Respecto a la baja laboral, depende del tipo de trabajo que se desempeñe: si es una actividad tranquila, por ejemplo, trabajo de oficina, una semana de reposo puede ser suficiente, dependiendo de la evolución. Si, por el contrario, es un trabajo donde se requiera esfuerzo físico, al menos dos semanas es recomendable. La actividad deportiva intensa no es recomendable antes de las 3-4 semanas, aunque se puede empezar con paseos a ritmo creciente para activar la forma física. Los deportes donde haya contacto (fútbol, baloncesto, artes marciales, etc) no son recomendables en ningún caso, antes de los 2 meses, de forma general.
Los resultados estéticos definitivos comienzan a apreciarse en diferentes momentos en cada paciente, dependiendo del tipo de piel y de la rapidez del proceso de desinflamación. Hay personas donde podemos apreciarlos a los 2-3 meses y otras en las que hay que esperar más de 6 meses.